Querida niñita interior,
-Esta carta hace tiempo escribir quise,
pero no tuve el suficiente valor.
Tú siempre ahí has estado,
risueña, paciente y con gesto desenfadado.
Yo de adulta ni mirarte podía,
anclada en mis rutinas y en la queja,
ni un momento te dedicaba al día.
Tu mirada inocente y tu franca sonrisa,
son tus mejores legados,
que durante muchos años yo he desaprovechado.
Y en esta carta pedirte perdón quiero,
por no tenerte en cuenta
y ser una adulta de mal agüero.
Además aprovecho para darte las gracias,
por tu inocencia y tu bondad,
por tu paciencia y tu gran lealtad.
Eres merecedora de todo lo bueno
y hasta de que Papá Noel te monte en su trineo.
La magia de la infancia tú me has devuelto
y quiero dar volteretas contigo
y cosquillas hacerte,
hasta que no puedas más
y feliz esté de verte.
Un abrazo sincero y un gran beso,
te doy mi dulce y amada niña.
A partir de ahora, no temas,
siempre tendré tiempo para ti,
me pondré la mano en el corazón
y cerrando los ojos,
sabré que ambas estamos jugando y disfrutando un montón.
Te quiero pequeña niña de tamaño,
grande de corazón y sabiduría,
ojalá hubiera descubierto antes
tu gran maestría
y así seguro que a estas alturas,
otro gallo me cantaría. 💝
Muy buena!!, Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por tu comentario Anita 🌸
Me gustaMe gusta
Esa niña se ha convertido rn una gran mujer.
Preciosas palabras Elisa!
Me gustaMe gusta
¡Muchísimas gracias María, siempre por tus cariñosos comentarios! 💐
Me gustaMe gusta